domingo, 8 de junio de 2008

Cuento atemporal (Parte I)

Hola. Mirad por donde un insomnio poco habitual ha dado hoy un resultado interesante (que no productivo). Os dejo la primera parte de una historia metafórica que tenía en la cabeza. Dentro de unos días la completo con el resto, que lo tengo a medio hacer y ya es hora de dormir. Si os gusta el principio, lo que falta seguro que todavía más, os aseguro que va in-crecendo, ya se me está yendo de las manos, jejejeje.


Hoy he descubierto algo increíble. Todos los tornillos de mi moto no son normales. Para manipularlos se requiere una herramienta especial que sólo tienen en el taller. No es que yo ni nadie de los que tenemos motos grandes vayamos a estar desmontando para ver qué hay dentro. Con usarla de vez en cuando--más de en cuando que de en vez--y aguantar las pequeñas averías que tenga solemos estar la mar de contentos.


Por suerte tengo un amigo que trabaja en el taller oficial y consiguió por un rato la herramienta que permite abrir los tornillos, arriesgando su puesto de trabajo y una posible demanda judicial, obviamente. Pero nos sirvió para poder sustituir los tornillos por unos normales, de forma que pudiéramos abrir y cerrar cuando quisiéramos.


Entre sus conocimientos y mi curiosidad, después de mucho abrir, mirar, tocar, cerrar... hemos descubierto una forma para duplicar la moto. Sí, lees bien, de mi moto, después de una compleja operación se puede obtener una igualita, funcionando las dos perfectamente. Al juntarnos con más interesados por tan curioso procedimiento lo hemos depurado y simplificado de forma que a partir de solo una moto podemos sacar miles y miles de copias idénticas.


También hemos conocido a gente que por su cuenta ha hecho descubrimientos impresionantes. Uno incluso es capaz de mandar copias de la moto por el teléfono a cualquier sitio del mundo. Es más, tiene un armario lleno de motos que se introducen solas en el teléfono cuando alguien al otro lado de la línea lo pide.


Como es normal, al poco tiempo han aparecido todo tipo de copias de motos que cualquiera puede obtener por teléfono. Sospechosamente, la mayor parte de ellas no funcionan como las originales. La gente no se queja por esas averías que hace que dejen de funcionar ya que no han tenido que pagar por ellas pero hemos oído que en algunos casos han producido graves accidentes. Por otra parte, si te para la policía con alguna moto no original y genuina, el lío en el que te puedes meter es bastante gordo, aunque siempre habrá resquicios legales a los que aferrarse. El temor a fallos repentinos y a La Autoridad es lo que ha permitido que los fabricantes sigan vendiendo motos. Incluso se ha dado el caso de que el fabricante del que más motos se copiaron ahora es el que más vende, puesto que la gente se ha acostumbrado a sus mandos y forma de conducción.


(Continuará...)